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¿Cómo elegir un buen pan?

PAN BLANCO

El pan blanco se elabora con harinas refinadas. Su nutriente principal son los hidratos de carbono de absorción rápida que nuestro cuerpo transforma rápidamente en azúcar. De hecho cuando lo tenemos un rato en la boca y lo saboreas puedes notar que es un poco “dulzón”.

Actualmente está mal visto comer pan, o como dicen engorda, pero porqué ahora se habla de lo malo que es el pan, cuando nuestros abuelos y bisabuelos comían pan todos los días. El proceso antiguo de larga fermentación del pan permitía que las bacterias pudiesen descomponer gran parte de los hidratos de carbono presentes en el pan. Eso facilitaba la digestión, tenía un índice glucémico menor, permitía una mejor absorción de vitaminas y, era más natural.

PAN INTEGRAL

El cereal integral tiene muchas ventajas, pero también inconvenientes. Uno de esos inconvenientes es que aporta una cantidad de anti nutrientes (como las legumbres) que interfieren en la absorción de minerales. Pero para ello antiguamente se utilizaban técnicas de procesado como la fermentación y la germinación para reducir los anti nutrientes.

PAN DE MASA MADRE

El pan elaborado con masa madre se obtiene mediante fermentación natural de las harinas. Como la acción del levado lo ejercen los microorganismos presentes en el ambiente, requiere más tiempo para levar (sin levadura añadida), lo ideal seria de larga fermentación (>12h). Es más fácil de digerir, sacia más, mejora la absorción de vitaminas y minerales y aporta bacterias buenas para nuestro intestino.

A la hora de escoger un buen pan, tenemos que buscar que sea elaborado con harina 100% integral y de masa madre y evitar las mezclas de harinas integrales y harinas blancas. Os recomiendo que preguntéis también por pan de larga fermentación en panaderías de calidad, no supermercados. Son panes poco económicos pero el precio está justificado por la densidad nutricional y la calidad.

El pan de buena calidad (integral fermentado) se puede comer 1 vez al día o más pero siempre vigilando que no desplace a otros alimentos. El pan blanco recomendamos comerlo de vez en cuando, la frecuencia seria la misma que si tomásemos unas galletas, como capricho.